Cartografía Interactiva

Tay Pichin - Tierra de Comechingones

Mojón

El Mojón es un sitio con características tangibles y espirituales. Por ello para la comunidad tiene gran relevancia arqueológica, afectiva, espiritual y ceremonial. Es parte de una unidad territorial sagrada, junto al Camino de Yastay y la Casa del Uturunco. El Mojón se encuentra en el ingreso de esta unidad triangular, representando la base de la vida, porque es “el lugar donde habita Supay, la madre tierra”. Mariela Tulián nos contó que cuando algo serio está pasando en las comunidades, o alguien se enferma, van a ofrendar a ese sitio porque es su centro de equilibrio (Mariela Tulián, agosto de 2016).

Mariela Tulián, agosto de 2016, el Mojón.

Para la comunidad este es un sitio femenino y a diferencia de los otros sitios de la tríada, los hombres pueden ingresar al Mojón sin correr peligro de ser atacados por el espíritu del Uturunco.

En cuanto a las características tangibles, el Mojón está constituido por un gran ejemplar de quebracho colorado que crece entre las rocas y fue sembrado en tiempos inmemoriales. “Sobre cada mojón o tica para nosotros, hay un quebracho colorado, y eso da cuenta que fue algo montado ceremonialmente. No es una demarcación territorial sino un hito” (Mariela Tulián, agosto de 2016). En este sentido, en la memoria comunitaria el mojón señala el primer asentamiento en la zona, un sitio de alianza y de encuentro.

Para la comunidad Tulián es importante reivindicar la memoria oral en contraste con otras fuentes históricas que a lo largo del tiempo han ido estableciendo discursos hegemónicos sobre su propia historia. Mientras que el mojón constituye para ellas un hito, para la geografía y la historia los mojones son interpretados como demarcaciones territoriales. De esta manera, hay voces pertenecientes al mundo académico que sostienen que el mojón señalaba una división territorial entre el pueblo comechingon al sur y el sanavirón al norte.

Actualmente, el Mojón se encuentra dentro de lotes privados y la comunidad ha logrado, luego de múltiples encuentros y desencuentros con los propietarios formales, obtener permiso para ingresar al sitio y hacer ceremonias allí, como lo hacen desde épocas inmemoriale.

El Mojón, agosto de 2016, San Marcos Sierras.